En tu mano cerrada, metes un pañuelo de seda. Después de frotar la seda entre sus manos, ábralas para mostrar que la seda se ha transformado en un huevo, sin dejar rastros de la seda. Una magia simple pero muy encantadora donde, con una seda arrugada en las palmas, se transforma en un huevo.
El efecto básico es el siguiente: una bolsa de papel se muestra vacía. El mago entra y saca una caja clara llena de billetes. La bolsa se muestra de nuevo vacía y se produce otra caja de dinero. Esto se repite produciendo una tercera caja de dinero. ¡La bolsa recibe un batido y de repente está llena de billetes!