En tu mano cerrada, metes un pañuelo de seda. Después de frotar la seda entre sus manos, ábralas para mostrar que la seda se ha transformado en un huevo, sin dejar rastros de la seda. Una magia simple pero muy encantadora donde, con una seda arrugada en las palmas, se transforma en un huevo.
El mago toma un vaso de leche y lo vierte en un cono de papel. Inmediatamente abre el cono de papel que muestra que está vacío y seco: ¡la leche ya no está!
¡Produce una chispa cuando muevas tu varita mágica! Todo esto es autónomo en una varita mágica de plástico instalada con una luz LED blanca súper brillante, con operación de interruptor de presión y alimentada por una batería de iones de litio recargable incorporada para producir ese potente flash.
Parece mágico, divertido de jugar y los niños creerán que tienes verdadero poder mágico.